domingo, 10 de octubre de 2010

Helado Corazón XXXIII

Pues nada... capítulo 33 ^^ xDD Mañana tendría que ser puente, pero noOoOo... HAY CLASE ! xD Menos para cierta persona ¬¬ xDDD

Saludos//* :P

XXXIII

“Si la noche es tan oscura que,
ni tus propias manos consigues ver,
ten seguro que amanecerá…”

-En marcha. –dijo Maia dando una palmada e inundando el silencio durante unos segundos-.

Nos movimos sigilosos por el bosque en la oscura noche, como sombras acechando al fin de otras nuevas vidas. Entramos abriendo el agujero que, todos los días que íbamos de caza, cerraban los guardias. Un estruendoso golpe se oyó en todo el pasillo. Miramos a nuestro alrededor y nos pusimos manos a la obra, cada uno por su camino.

-Creo que llamamos demasiado la atención. –comenzó a decir Michelle mientras nos alejábamos de la cárcel- Al menos nos alimentamos dos o tres veces por semana y… sospecharán.

-Ya encontraremos una solución a eso, Michelle. –contestó Monique en cuanto llegamos a casa. Nos miró a todos detenidamente antes de mirar al suelo- Preparaos. Salimos en cinco minutos.

La cola para ir al baño a cambiarse se comenzó a formar en ese mismo instante. Acabamos todos con chándal y camisetas… lo más viejas posible; ropa que no nos importase demasiado que se manchase o rompiese. Aparte, Nat se puso dos trenzas, ya que tenía el pelo bastante largo; yo, una coleta alta –que conseguí dejar decente por primera vez en mi vida-, con unas horquillas sujetándome el flequillo hacia atrás; Maia se hizo un pequeño moño con una pinza; Michelle dos coletas y Monique ni quería ni necesitaba recoger su pelo corto azabache.

>>Llegamos al lago quince minutos después.

-Bueno… hemos tardado más de lo que esperaba, pero aún nos quedan unas cinco horas de oscuridad. –dijo Monique, colocándose en frente de todos los demás. Cogió una pequeña caja del bolsillo de su sudadera- He traído esto. –la abrió. Contenía unos trozos de papel con algo escrito que no llegué a ver- Cada uno tiene un nombre. Cogeremos dos y a aquellos les tocará simular una pelea.

Asentimos. Parecía lo más justo para decidir quién lucharía con quién.

-Vale, emm… ¿una mano inocente? –empezó a decir Michelle mirando hacia los lados. Fijó la vista en alguien en concreto- ¿Maia? –ésta levantó la ceja- De lo que yo sé… sirves para mano inocente.

-A ver… -contestó Maia acercándose a la caja. Removió un poco los trozos y cogió uno, enseñándolo a los demás- Nat con… -cogió otro y volvió a enseñarlo- Ailin.

Michelle se puso detrás de nosotras y nos empujó para que nos pusiésemos en medio de los demás. Las dos pusimos cara de: “No me convence mucho…”

-Eh… yo no pienso pelear con ella. –dijo Nat arqueando las cejas y saliendo del medio-.

-¡Pues yo sí! –grité soltando una risilla mientras di un puñetazo a su cara, pero sin intención de hacerle daño. Se agachó rápidamente y levantó la ceja, cabreándose-.

-¡A la cara no, coño! -respondió gritando. Dobló las rodillas preparada para la pelea- Muy bien…

Llegó a mi lado en medio segundo sin darme cuenta siquiera. Se agachó y me dio una patada para hacerme caer al suelo. Toqué la hierba con la cara y miré hacia arriba.

-¡No vale! –dije levantándome de golpe. Miré a los demás, que no paraban de reírse- Sí, reíros… pero a ver quien pelea con alguien el doble de rápido que tú… -me coloqué en frente de ella de nuevo. No pensaba rendirme-.

Fui corriendo hacia ella para intentar agarrarla. Se agachó y pasó al otro lado, agarrándome los brazos por la espalda. Me quedé petrificada unos segundos. No sé de donde saqué las fuerzas para agarrarla más fuerte y conseguir tirarla contra un árbol de los más cercanos. Mi respiración comenzó a ser algo más fuerte y temblé un poco.

-¡N… Nat! –grité, acercándome un poco. Se levantó rápidamente y apareció enfrente de mí de nuevo. Sonrió-.

-Vaya… ahora estamos igualadas, ¿no? –contestó mientras nos reíamos las dos. Parecía estar intacta-.

-Vale, creo que es suficiente. –dijo Monique, poniéndose en el medio de nuevo. Sacudí un poco de tierra que me había manchado el chándal, al igual que hizo Nat con su camiseta- Ailin, ¿sacas tú el siguiente?

-Sí. –respondí asintiendo y acercándome a ella. Saqué un papel de nuevo- Monique y… -cogí otro. Al verlo, abrí los ojos, sorprendida. Me mordí el labio, nerviosa por las miradas extrañadas-.

-¿Quién, Ailin? –preguntó Monique, levantando la ceja-.

-Ian. –respondí rápidamente mirando de reojo hacia él mientras le daba el papel a Monique-.

Ésta suspiro y bajó la mirada. Ian miró hacia otro lado, ignorándola. Monique se acercó a donde estaba yo antes y levantó la mirada.

-Vale, acabemos con esto. –dijo mirando hacia él. Éste seguía sin hacer caso- ¡Venga! –miró hacia ella y puso los ojos en blanco. Se acercó despacio a la posición que le correspondía en el centro-.

Los dos parecían dispuestos a pelear de verdad, no simplemente “practicar”. Ian le hizo un gesto con la mano para que empezase a atacar. Asintió levemente levantando las cejas y se acercó rápidamente para intentar morderle en la muñeca, agarrándole el brazo; éste, se soltó, consiguió agarrarla y Monique acabó en el suelo. Ian sonrió irónicamente y su hermana se levantó, con un poco más de enfado y un poco menos de orgullo. Esta vez fue él quien atacó primero, intentando placarla, como si de un partido de rugby se tratase. Ella saltó y se puso detrás de él, le dio una patada en la espalda y acabó estampado contra un árbol. Se giró hacia Monique y negó con la cabeza mientras volvía a su posición original.

Continuaron peleando un buen rato más, bastante igualados. Al poco, Monique quedó sentada a la espalda de su hermano, impidiendo que se levantase.

-¿Cómo has podido, Ian? –preguntó con cierto tono de rabia y dolor en su voz- ¿Por qué me consideras una extraña en tu vida?

-¡Eso no es cierto! –gritó, consiguiendo levantarse y agarrarla por las muñecas, girándola hacia delante- ¡Sólo era una broma, y lo sabes!

-¡Pues no me sientan nada bien esas bromas! –contestó, soltándose y empujándolo, muy cerca del agua del lago- ¡Si fueses un buen hermano lo sabrías! –se levantó rápidamente-.

Se quedaron unos segundos en silencio, uno enfrente del otro, en posición de ataque. Se notaba en sus ojos que escrutaban todos los movimientos del contrario, esperando cualquier cosa.

En un instante, desdoblaron las rodillas y se quedaron como antes.

-Lo siento… -susurraron a la vez, con los ojos llorosos, rindiéndose-.

Se acercaron lentamente –aún alerta-, después de reírse levemente. Se abrazaron, Ian le besó la cabeza y la despeinó un poco con la mano. Monique levantó la cabeza y le miró mal, pero aún sin parar de reír. Los demás nos miramos sonriendo. Por fin había pasado todo.

-Bueno, ya vale. –dijo, marcando una de las comisuras para sonreír de lado. Sacó de nuevo la cajita mientras Ian volvía a su sitio- ¿Quién coge los nombres esta vez? –preguntó, mostrándonos la caja. Nos miramos los unos a los otros. Monique puso los ojos en blanco- Vale, lo haré yo… -cogió dos papeles a la vez- Michelle y Maia. –sonrió al terminar de hablar-.

Se adelantaron y repitieron la operación; aunque me sorprendió la increíble agilidad que tenían en comparación con los demás. A los ojos de un humano, parecería que había unos borrones que volaban en medio del césped.

-Más que suficiente. –dijo Monique al cabo de un rato, asintiendo- Será mejor que vosotras practiquéis para mejorar vuestros dones. –miró a Eric, cambiando de tema- Vale, ahora sólo queda

Eric por practicar. ¿Quién va con él?

-Yo no, por supuesto… -contestó Nat rápidamente- No voy a pelear con él. –nos reímos por la cara de convicción que tenía al decir esto y nos quedamos callados un rato-.

-Vale… lo haré yo… -empezó a decir Ian mientras volvía al centro del claro- Total… la otra vez me dejé ganar... –Se rió. Monique le dio un puñetazo en el brazo cuando pasó por su lado mientras sonreía irónicamente-.

Observamos la pelea de nuevo. Eric no parecía muy convencido de qué hacer, así que solamente esquivaba los golpes de Ian como podía. Le superaba en fuerza, pero Eric a él en velocidad –lo que nos sorprendió bastante a todos, ya que nunca nos habíamos fijado en ello-. Eric acabó en el suelo, rindiéndose.

-Bueno… estaba claro quién ganaría, ¿no? –dijo Ian dándole la mano para que se levantase- De todos modos… buen adversario.

-Igualmente. –contestó sonriendo mientras se daban la mano, en señal de tregua-.

Nos reímos y Monique volvió al centro. Guardó la caja en su bolsillo y nos miró.

-Creo que por hoy son suficientes luchas. -empezó a decir, sonriente- Ailin y Nat, tenéis que practicar bastante, lógicamente, aunque no vais muy desencaminadas; Maia y Michelle, no creo que tengáis que volver a practicar, ya que tenéis mucha experiencia; Ian, no te fijes tanto en tener una fuerza descomunal e intenta coger velocidad; y Eric, simplemente practica. -sonrió- Pero esto no ha terminado. Quedan por ver los dones. Ahora intentaremos buscar formas de que avancen y lo practicareis todo el tiempo posible, también por el día. -nos miró a todos y levantó las cejas- Michelle, ven. -avanzó unos pasos y se puso al lado de Monique, en el centro del campo- ¿Empiezas mostrándonos en que nivel está tu don ahora mismo?

[...]