martes, 30 de marzo de 2010

Helado Corazón VII

Buenaaas tardes ^^ No me apetece escribir TT A ver... gracias a todo el mundo que sigue la historia. No voy a decir los nombres como siempre <.< >.> Es muy corto este capitulo TT Pero lo bueno es que da a entender lo que pasará ê.ê Bueno, pues, leed el capítulo y... ¿esperad al siguiente? xD

Besos//*

VII

“Morirás cada mañana…”

Llegamos a nuestro destino… por la mañana. Con las maletas a la espalda o en la mano, intentamos seguir decidiendo cosas sobre… todo. Fuimos hasta el bosque y nos sentamos en las ramas de un árbol de más o menos el centro de aquella zona.

-Vale, aquí estamos. –dijo Nat haciendo gestos con la mano señalando- ¿Contenta?

-Muchísimo. –respondí sonriendo irónicamente-.

-Vale, ahora que estamos aquí, ¿dónde vivimos?

-Mmm… ¿Bosque?

-¡¿Bosque?! –dijo Nat incrédula- ¡¿Y donde piensas vivir?! ¡¿En una casa árbol?!

El caso es que, a la semana, acabamos viviendo en una casa construida en aquel árbol en el que estuvimos sentadas hablando.

Nos alimentábamos de sangre animal, cosa que nos seguía pareciendo mal, lógicamente, porque nos encantan los animales.

Un día, cuando Nat volvía de caza mientras yo estaba en la casa…

-¡Ailin, Ailin, Ailin! –gritó mientras corría como una posesa-.

Me giré y me levanté de golpe para ir a su encuentro.

-¿Qué pasa, Nat? –dije confusa-.

Subió por el tronco del árbol y dio un salto para entrar a la casa. Su pelo rubio ceniza rebotó al caer y se puso delante mía.

-Mientras cazaba… -al hablar, miraba hacia todos los lados, como para asegurarse que no hubiese nadie cerca-. Encontré a un grupo de vampiros cazando cerca de este bosque…

-¿Y qué? –dije con toda la normalidad del mundo- No veo ningún problema, se estaban alimentando, como nosotras, ¿no?

-El problema no es que se alimenten… –decía mientras levantaba una ceja- … si no de qué se alimentan.

-Humanos. –dije resoplando-.

Se limitó a asentir con la cabeza. Di una palmada que, al parecer sonó bastante fuerte debido a la reacción de algunos pájaros cercanos.

-Vamos a hablar con ellos. –dijo mirando a mi cara medio asustada-.

-Pero… -dije dudando-.

-Eran dos, como nosotras, no te preocupes por el número.

-¿Te vieron? –dije mientras me calmaba un poco -.

-No… Vamos, eso creo. –dijo ya más segura-.

-Parecían… ¿peligrosas? O… No sé… ¿Más fuertes que nosotras?

-Espera, espera, espera… -dijo subiendo la cabeza de repente- ¡Nadie me ha dicho que íbamos a pelear o luchar o combatir o cómo quiera que se diga!

-Nadie lo ha dicho. Sólo… busco salidas para que no acabemos mal.

-¿Estarán en alguna familia? –dijo Nat cambiando de tema-.

-Sí son sólo dos… -pensé un poco antes de contestar- Puede. Pero alo mejor tienen más miembros si es cierto que son una familia.

-Sólo había dos, que yo haya visto.

-Exacto. Que tú hayas visto. –dije mirando seriamente-.

-Puff… –dijo mirándome poniendo la boca torcida- ¿Qué hacemos?

-No sé… Podemos ir por seguro y no acercarnos o…

-¿O qué? –dijo nerviosa-.

Pasó un rato mientras estábamos las dos, inmóviles en la puerta. Sólo pensábamos en qué podíamos hacer. Esta era nuestra primera relación con otros vampiros. ¿Moriríamos? ¿Encontraríamos una familia nueva? ¿Crearíamos una junto a ellas?

-¡¿O qué?! –gritó Nat descruzándose de brazos-.

-O arriesgarnos…

Nos miramos fijamente un rato. Nuestros ojos ya eran de un color naranja clarito, faltaba poco para el amarillo. Bonito.

-¿Nos arriesgamos? –le dije a Nat mirándola desde abajo-.

Pensó un poco y dijo con voz alta y clara:

-Sí.

[...]

domingo, 28 de marzo de 2010

Helado Corazón VI


Hola!! :D Es día... 28. Bueno, ahora ya casi 29. xD Bien, falta poquito para nuevos personajes, ¿no? <.< >.> ¿No, Alemi? xD Bueno, pues... Gracias a Noe, Paula, Alemi, Alisha, Sara, Águeda, Josu, ... (Gente nueva :O) y Misa, Nat, Ang, Pat, ana, Suuly, ... (perdonad si me dejo a alguien esq me olvido TT) Ah!! Alisha dibujó a Ailin de vampiresa!! Pongo el dibujo aquí al lado <--- para que lo veáis ^^ Bueno, pues, disfrutad de la historia :D

Besos//*








VI

“Que tu sangre sea nuestra…”

Fuimos hasta nuestras casas para coger el pasaporte y las maletas que ya habíamos dejado preparadas para París, cosa que nos dejó muy tristes.

Llegamos al aeropuerto, compramos los billetes y subimos al avión. Estábamos sentadas en la fila que estaba a la derecha, la ventana a mi lado. Nat me miró con cara de grima.

-¿Qué? –dije apoyando la cabeza en el respaldo del asiento-.

-¿No vomitarás? –preguntó arrugando la nariz- ¿No decías que seguro que te mareabas en el autobús a París? Pues hasta Australia es mucho más camino…

-Pues no estoy mareada. Ni me duele la cabeza. Ni nada de nada.

-Qué raro… -dijo Nat mirando hacia delante y apoyándose-.

Puse los ojos en blanco y miré por la ventanilla. Sólo nubes. Nunca había viajado en avión. Tampoco había dejado de vomitar en un viaje largo. Bueno, y nunca me había transformado en un ser mitológico que creía que no existía y sólo era un cuento. Así que es verdad que siempre hay una primera vez para todo.

-Pobres lobos. –dijo Nat de repente despertándome de mis pensamientos- Pero siempre es mejor que personas.

-¿No podría haber un término medio? –respondí suspirando-.

-Ojala.

-Humm… estaba pensando ahora…

-¿El qué?

-Los dones.

-¿Y eso es…? –dijo Nat mientras movía la cabeza para que siguiese contándole-.

-Habilidades especiales que tienen algunos vampiros.

-¿Cómo cuales?

-Bueno, estoy hablando dando por hecho muchas cosas…

Me miró raro y dijo:

-Si somos vampiros, tenemos los ojos rojos y podemos alimentarnos de sangre animal como en los libros… ¿Por qué lo de los dones tiene que ser distinto?

-Cierto… -dije pensándomelo un rato- Pero aún sigo sin creérmelo del todo.

-Sigue contando sobre los dones, venga. –dijo Nat, animándome-.

-Vale… -dije rindiéndome- Suponiendo que sea cierto, hay dones físicos y mentales. Los físicos afectan al cuerpo, como dar descargas eléctricas; y los mentales, hacen una ilusión en tu mente, por ejemplo, de dolor.

-Amm… -dijo mirando hacia el pasillo por donde una azafata ofrecía algo de beber a los pasajeros de al lado- Y… ¿Hay alguna manera de saber si tienes un don o no?

-Supongo que eso se sabe cuando pasa. –dije encogiéndome de hombros-.

-¿Y si nosotras tenemos un don? –dijo abriendo los ojos mucho-.

-Pues… ni idea –respondí, sin darle mucha importancia- Si lo tenemos, ya lo sabremos. Valga la redundancia…

-Molaría. –siguió diciendo sonriente-.

Entonces cambió su expresión y entrecerró los ojos acercándose a mí.

-Rápido, quítate las gafas un segundo sin que se vea mucho.

-¿Poooor queee? –dije extrañada-.

Entonces bajó mis gafas un segundo y miró mis ojos. Se tapó la boca con la mano.

-¡¿Qué pasa?!

-Tie… tienes los ojos… tirando a naranjas.

-¿En serio? –dije abriéndolos mucho-.

-Mira los míos a ver… -respondió mientras bajaba sus gafas y se ponía de lado en el asiento-.

-Sí, también rojo anaranjado. –le dije tras mirar sus ojos-.

-Y esto… ¿qué se supone que significa?

-Los vampiros que se alimentan de animales tienen los ojos… de un color amarillo… tirando a naranja. –respondí intentando recordar cosas de los libros-.

Nat asintió con la cabeza. Miré por la ventana. Ya empezaba a oscurecer.

-Nat.

-¿Qué?

-Tendremos que fingir que dormimos porque si no… -dije susurrando- Sería un poco raro.

-Ya lo había pensando… Pero… ¿tú crees que en realidad no dormimos al ser vampiros?

-No sé, lo descubriremos ahora, supongo. –respondí riéndome-.

Miré de nuevo por la ventana. El paisaje era precioso. Aún así no compensaba el tener que ir a Australia. Dejando todo lo queríamos. No, no tenía que seguir pensando en eso. Tenía que relajarme e intentar encontrar el lado bueno. ¿Fuerza y velocidad increíble suponiendo que sea verdad eso también? ¿Un don, si lo llego a tener? Nada, no encontraba nada. Lo único bueno es que estaría con Nat en esto. No lo podría afrontar sola, y supongo que ella tampoco. Sí, aquello era el único “pro”.

-¿Quieren algo de comer, las señoras? –dijo una azafata que apareció de la nada, despertándome de mis pensamientos, otra vez-.

-No, gracias. –respondió Nat sonriendo un poco-.

-¿Y algo de beber? –siguió insistiendo y ensanchando la sonrisa-.

-No, no, muchas gracias. –dije yo esta vez intentando que se fuese-.

-¿Tampoco una almohada?

-No, en serio, no queremos nada. –dijimos a la vez empezando a poner la cara de: “te estamos mirando mal, ¿puedes irte de una vez?”

-Como quieran. –respondió ya sin sonrisa- Hasta luego, señoras.

-Pero… ¿señoras? –me dijo Nat susurrando- ¿Tan mayores parecemos?

-A saber… O simplemente lo dijo para picarnos, porque seguro que tiene al menos… diez años más que nosotras. –dije riéndome-.

-Sí, segurísimo. –respondió Nat también riéndose-.

Bueno, si tengo que pasar la eternidad con alguien en alguna parte, me alegro que sea con ella y… ¿en Australia? Parecía que sí.

[...]




sábado, 27 de marzo de 2010

Helado Corazón V

Buenos días!! ^^ (Primera vez que subo por la mañana) Capítulo 5!! :D Ah, por cierto, se acerca el momento de que lleguen dos personajes... ¿quiénes serán? (a Alemi) No van a aparecer, pero hablarán de ellos... (a Sara y Alisha) Arreglé este capítulo... a ver que te parece... (a Noe) Vale, hoy daré las gracias a... Noe, Alisha, Sara, Alemii, Paula, Misa, Nat, Ang, Pat, Suuly, ... (Los mismos de siempre, vamos xD) Este capítulo empieza con un par de cartas que veréis a continuación... Y trata básicamente... de eso. Es un poco más largo que lo demás, como el IV más o menos... Espero que os guste ^^ Y comentad, ¿vale? xD

P.D: Mis pececillos se están muriendo de sobre-alimentación Voy a tener que comprar otros TT

Besos ^^

V

“Tu vida será eterna…”

Dejamos la carta en la mesa de la cocina:

“Queridos papá y mamá:

No sé donde estáis, pero lo que me está pasando ahora mismo… me asusta bastante. No os puedo decir lo que ocurre, pero lo que sí os diré es que me tengo que ir con Ailin… a un sitio que no podéis saber. Os prometo que os llamaré. Y os echaré muchísimo de menos. Pero… de verdad que tengo que irme. Si no, os pondré en peligro a vosotros. No os preocupéis, de verdad, estaré bien.

Os quiere mucho:

Nat”

Pasamos por mi casa y dejamos la que escribí yo en un imán de la nevera.

“Papá y mamá:

Os escribo esta carta para deciros que… tengo que irme con Nat. Por favor, no intentéis buscarnos, estaremos bien, pero no podemos seguir aquí. No importan las causas, la cuestión es que estaríais en peligro. Vosotros, y sobre todo mi hermano y mis primos, que son los que más me importan. Hacedme el favor de acordaros siempre de que os quiero muchísimo:

Ailin”

Estábamos sentadas en un pequeño bosque cercano a nuestras casas. Nos habíamos vestido tapándonos lo más posible: Gafas de sol, el pelo suelto intentando taparnos la cara, manga larga en las camisetas, pantalones vaqueros largos y, por supuesto las Converse, eso no había fenómeno paranormal que lo cambiase.

-¿Hablas en serio? –empezó a decir Nat- ¿Australia?

-La verdad es que se me ha ocurrido… porque si. Ni siquiera me lo había planteado en serio.

-Bueno, muy mala idea no es. La cuestión es… ¡¿cómo piensas que lleguemos hasta Australia?! ¡¿A nado?!

Le eché la lengua y dije:

-No, a nado, no. Pero… ¿no podríamos ir en avión o algo por el estilo?

-Podríamos… Pero… ¿no sería un poco extraño un par de chicas de piel blanca y ojos rojo sangre viajando en avión con un montón de gente y tan tranquilas?

-Es verdad… no había caído… -contesté desilusionada- Además… no hemos bebido nada de sangre y tampoco hemos estado con gente… No sabemos si podemos controlar la sed…

-Pero… ¿en serio tendremos que matar personas inocentes para sobrevivir?

-Supongo… o si no… animales inocentes –dije mientras se me escapaba una carcajada que intenté controlar dos segundos después- Ah, tendremos que decidir eso también.

-¿Personas o animales? –dijimos a la vez tristes-.

-También tenemos que escoger otra cosa… ¿Australia o no? –seguí empeorando las cosas al decirlo-.

-Vale, haremos esto sencillamente. –contestó Nat más animada- Lo de los animales me parece bien, es mejor que personas. Y… Australia… ¿Por qué no?

-Bien. Lo mejor será que antes de coger el avión nos “alimentemos” –dije haciendo comillas con los dedos en el aire-.

-Sí, es buena idea.

Nos levantamos. Miramos alrededor. Oímos a lo lejos (aún no sé como) un aullido. Decidimos ir hasta él. Empezamos a correr. Entonces nos miramos sorprendidas. Corríamos a una velocidad… ¿algo rápida? También eso era cierto. Los cuentos ya no tenían sentido. Llegamos hasta una zona a los alrededores. Estaba lejísimos de nuestras casas. Nunca habíamos ido en nuestra vida. Entonces vimos un par de lobos. Nos miramos la una a la otra. Asentimos con la cabeza aún algo asustadas.

Corrimos hasta su posición. Y… bueno, creo que no querríais saber como acabó eso.

Miramos a los cadáveres en el suelo. Nos temblaban las manos.

-Si hemos podido hacer esto… -empezó a decir Nat mientras miraba hacia abajo. Fue levantando la cabeza despacio.- ¿Te imaginas lo que haríamos con un humano que es… como 10.000 veces menos fuerte que un lobo?

Asentí con la cabeza. Prefería no pensar en ello o me tiraría por un puente. Cosa que tampoco me mataría. Aaaaaaaaaaaaagh!!

-Entonces, ¿Australia? –dije para cambiar de tema-.

-Sí. Creo que será mejor irnos de aquí para no herir a la gente que queremos. –respondió Nat asintiendo-.

[...]

jueves, 25 de marzo de 2010

Helado Corazón IV

Hola de nuevooo!! Puff... no me creo que lleve ya 4 entradas con tanto comentario por entrada xD Muchas gracias a tod@s!! ^^ A ver... gracias a... Noe, Alemii, Alisha, Sara, Paula, ... (clase) y... Pat, Nat, Suuly, Misa, Ang, ... (habbo) En definitiva, los de siempre xD Este episodio, número 4, es un poco más largo que los demás, la verdad es que para compensar el 3, que fue más cortito. Lo único que me queda por decir, es.. ¡Espera, que ya sales pronto! (Alemi) ¡Salís por el capítulo 20 o más, no me presionéis! (Alisha y Sara) ¡Ya arreglamos eso pronto! (Noe) ¿Queda bien claro? xD Pues a leer este capítulo, venga.

Besos//* ^^

IV

“La muerte es apacible, fácil…”

Me desperté. Estaba en una habitación que yo conocía muy bien. La de Nat. Miré a mi alrededor. En la cama de al lado, mi mejor amiga durmiendo, las persianas bajadas, todo oscuro y en silencio.

Miré hacia mi izquierda buscando la mesilla de noche. Cogí el despertador de la mesa y lo miré como pude en la oscuridad. ¡Las 18:15! ¿Cómo habíamos dormido hasta tan tarde?

Intenté recordar algo de la noche anterior. Que era tarde, que corrimos, que me caí y también, la presencia de alguien que no conocía. Entonces una bombilla se me encendió en la cabeza y recordé todo. Pensé que sería un sueño, al menos la parte de después de caerme. Pero no recordaba nada de haber llegado a la casa, ni haber estado hablando como siempre cuando nos quedábamos a dormir, ni nada de nada...

Decidí no darle más vueltas e ir a lavarme y vestirme. Cogí mi neceser y la ropa de la maleta. Al pasar, me fijé en Nat durmiendo. Estaba… diferente. Era ella claramente pero… como una versión distinta. Su pelo medianamente largo de color rubio ceniza, parecía más claro que de costumbre y sus rasgos estaban como... ¿mejorados? También su piel adquiría un color... ¿tirando a color cebolla? Decidí no darle más vueltas y fui hacia el baño.

Lo que no había visto yo en el despertador es que eran las 6 y cuarto… del martes siguiente.

Anduve por el pasillo en dirección al baño. No había nadie en su casa. Abrí la puerta, encendí la luz… y no me lo creía. Mi reflejo. Sí, tenía los ojos igual que el extraño individuo de aquella noche. Solté de repente la ropa y el neceser al suelo y fui hacia la habitación de la que salió de golpe Nat.

-¡Ailin! ¿Por qué son las 6 y veinte del martes siguien…?

Me miró a los ojos. Y yo a los suyos. Rojo. No se nos ocurrió otra cosa que gritar con cara de pánico.

-Pe… pe… pero… -intentó articular Nat-.

Fuimos a sentarnos a su habitación para encontrar explicaciones lógicas.

-¡Sí! –grité yo- ¡Lo somos!

-Pero… ¿cómo? –respondió todavía sumida en el miedo- Es decir… ¡Es un cuento! ¡Los vampiros no existen!

-¡Esto no puede estar pasando! –grité desesperada-.

-A ver, estamos perdiendo la cabeza. –soltó Nat levantándose- ¿Nos convirtió el tipo ese de la otra noche? ¿El que dijo lo de elegidas?

-Supongo. No se me ocurre otra cosa.

-Vale. –dijo juntando las palmas de las manos- Y ahora… ¿qué vamos a hacer?

-Pero… ¿cómo nos trajo hasta tu casa? Y… ¿Tus padres no nos habrán visto ya?

-Pues… nos traería por la ventana… -dijo bromeando-.

-¡Sí, claro! ¡No está rota ni abierta! Y además… ¡No es superman!

-¡Es cierto! ¿Dónde están mis padres? –dijo Nat preocupada- Si estuviesen en casa… ¡nos hubiesen despertado hace una semana!

-A ver… ¿Tú recuerdas algo de eso? Lo de después de levantarnos… Porque yo… sólo recuerdo una especie de dolor… que no paraba.

-Anda, y yo también. –respondió sarcástica- Pero también recuerdo… ¿un coche negro?

-Espera… -dije recordando- Creo que yo también…

-Pero de lo que me estoy acordando ahora mismo… ¡es que tengo un hambre! Como comprenderás… hace una semana que no como.

-Recuerdo de los libros que… los vampiros bebían sangre. Sólo se alimentaban de eso.

-¡Pues yo no pienso probar la sangre! –dijo con cara de asco-.

-¡Anda, ni yo! –dije con la voz temblorosa-.

-Pero… ¿podremos vivir con nuestros padres aquí… cómo si no hubiese pasado nada?

-¡No había caído en eso! –dije más nerviosa todavía-.

-¡Yo no pienso dejar a mi familia! –dijimos las dos a la vez, ya desesperadas-.

-¡Yo tenía examen de Matemáticas el Lunes pasado! –dijo Nat gritando-.

-¿Es que nadie se ha dado cuenta de que no estamos?

-Pues tendremos que irnos… -dijo Nat casi llorando-.

-Mejor será que les dejemos una nota o algo… ¿no? –dije mientras me empezaban a brillar mis ojos rojos desbordados de lágrimas-.

-¿Y adonde podemos ir? –preguntó Nat-.

-Tendremos que buscar algún sitio donde vivir. O ser nómadas, como algunos.

-¿Nos podemos unir a otros vampiros? –dijo, interesándole más este tema-.

-Sí. Pero no creo que acepten a unas neófitas. Mejor descubramos lo que podemos hacer y… practiquemos e intentemos entrar en alguna familia… o formar una propia.

Nat empezó a mirarme mal de lado mientras me contestaba.

-Tú no te me acerques. ¡Que a mí no me van esas cosas raras! –dijo casi a carcajadas-.

-¡Bueno, no es momento de hablar de esas chorradas!

-Claaaaro, claaaaaaaro… -respondió. Al segundo cambió su expresión- ¡Nos vamos a perder la excursión a París!

-¡Nooooooooo! –me quejé llena de rabia-.

-Entonces… ¿la carta? –dijo Nat mientras cogía un papel y un boli del estuche- ¿Qué ponemos?

-Pues… lo que sentimos. Y lo que vamos a hacer. Pero sin contarles ni adonde vamos ni lo que somos.

-¿Cómo les vamos a contar a dónde vamos si no lo sabemos ni nosotras?

-Oye… -dije mientras levantaba la ceja- ¿Sabes que existen vampiros en todas partes menos en Australia?

[...]



martes, 23 de marzo de 2010

Helado Corazón III

Hola de nuevo! ^^ Diooos os estáis pasando un poco con los pececillos, los comentarios y los "¡Actualiza! ¡Actualiza!" ¬¬ Pero bueno, lo mejor es que parece que tiene algo de éxito, ¿no? xD Vale, hoy doy las gracias a: Noe, Alemi, Alisha, Sara, ... (de clase) y Misa, Pat, Ang, Nat, ana, Jota, Suuly, ... (de habbo) xD La lista se va alargando... Guay xD Bueno, pues aquí os dejo el capítulo III, que es un poco más cortito (no me matéis ¬¬), pero lo bueno es que voy a actualizar a demanda, es decir, más comentarios y más gente leyendo, más rápido actualizo. Así que.. ya sabéis... xD

Saludos//* ^^

P.D: (a Noelia) Una vez más, sale lo de mejor amiga. ¡Que quede claro que es porque Ailin y Nat son mejores amigas, no tiene que ver con nosotras dos! ¿Vale? ¬¬ Aunque lo que le dice Ailin a Nat es cierto... <.< >.>

III

“Deja que nuestros colmillos…”

Él estaba a unos veinte pasos de nosotras, que no tardó en intentar acortar andando despacio hacia nuestra posición.

Nat y yo, casi por acto-reflejo, intentamos deshacer la distancia que recorría andando hacia atrás.

Aguantamos así unos cinco segundos, ya que no mirábamos hacia donde íbamos, y tampoco nos dimos cuenta de que había un muro detrás de nosotras.

En fin, que acabamos sentadas con la espalda contra el muro, gracias a la caída. Y lo único que se nos ocurrió es permanecer allí hasta que llegase el momento del fin.

-Nat. –dije en un susurro decidido-.

-¿Sí? –respondió en igual susurro, aunque con un tono agudo de pánico.

-Si no sobrevivimos, quería decirte que eres la mejor amiga que he tenido nunca y que no te olvidaré mientras viva. –dije entre susurros mientras una lágrima me resbalaba por la mejilla-.

-Gracias. –dijo también llorando emocionada- Diría lo mismo de ti ahora mismo, pero sería un poco repetitivo, así que: Igualmente.

Sonreí y nos dimos un abrazo de lado, como pudimos.

El individuo estaba a unos cinco pasos y se acercaba con más rapidez que antes. Entonces lo dijo:

-No os mataré. –su voz era muy ronca y grave, daba miedo de por sí-.

Eso sí que nos sorprendió. Entonces ya fui yo a abrir mi bocaza y decir:

-¿Por qué? –y abrí los ojos como platos-.

Estaba ya muy cerca de nosotras.

-Sois las elegidas –dijo mientras sonreía un poco-.

-¿Para qué? –dijo Nat-.

Todo rastro de terror y pánico había desaparecido y en su lugar estaba la curiosidad.

Entonces fue cuando soltó una carcajada.

-No puedo decíroslo, lo sabréis a su debido tiempo. –respondió mirando hacia los lados distraído-.

Me acababa de fijar en sus ojos, más bien en su color. Rojo. Rojo sangre. Entonces caí en la cuenta, pero intenté que no se me notase mucho.

-¿Por qué nos lo has dicho? ¿Qué va a pasar? –dije aún no tranquila del todo-.

-Pensé que os gustaría saberlo. –ahora abrió los ojos mirándonos y creo que también se fijó en su color Nat, ya que ahogó un grito tapándose la boca-.

-Ajá. –dijo él asintiendo con la cabeza- Sabía que os daríais cuenta.

-Y… ¿qué pasará? –dije, en una señal más de que debo mantener mi bocaza cerrada-.

Entonces abrió la boca enseñando los dientes superiores, y en un movimiento casi imperceptible, nos levantó de golpe.


Después de eso sólo recuerdo un profundo dolor, que parecía no acabar nunca. Notaba como algo atravesándome y que no paraba ni un segundo. Pensé en varias ocasiones que había muerto, ya que llevaba mucho tiempo sin despertar.

[...]

domingo, 21 de marzo de 2010

Helado Corazón II [RENOVADO]

Hola de nuevo! C= Lo primero que diré hoy es que no os acostumbréis a que actualice tan pronto, actualizaré una o dos veces por semana... ¬¬ xD Lo segundo, dar las gracias a: (lista larga) Noelia (la primera, por supuesto xD), Suuly, Nat, Pat, Ang, Misa y demás que seguís mi historia y ponéis comentarios. Por cierto, dejad ya lo de "anónimo" y no sobrealimentéis a mis pececillos. e_e xD
Pues eso, espero que os guste el segundo capítulo de la saga... ¿Helado Corazón? No importa xD

Besos//*

P.D: También este capítulo ha sido renovado. Me ha quedado un pelín más corto que el antiguo, pero se compensa en los siguientes.

II

No existe el miedo a la muerte,

sino a lo desconocido…

Por mi mente comenzaron a pasar miles de imágenes y titulares vistos en la televisión y periódicos sobre esa noticia.

“Ya la tercera víctima del asesino en serie”.

“Esta noche, cinco fallecidos más”.

“La segunda semana de estos crímenes que parecen no tener fin”.

Y sobre todo pasaba una frase por mi mente:

“Sólo ataca de noche”.

Había olvidado por completo la bronca que nos caería por llegar tarde y mi cara ya había cambiado al pánico.

Nos quedamos un buen rato en silencio sin saber que decir ni que hacer. Estábamos andando mucho más despacio, casi con miedo a hacer demasiado ruido. Nat llenó el silencio.

-¿Qué hora es? –se preguntó a si misma. Miró el reloj y respondió-. Las 12 y cuarto.

-Bueno, ya estamos por el baño “auto limpiable” –nos reímos recordando el por qué de ese nombre-. No queda tanto.

-No, no creo que pase nada –nuestra charla finalizó ahí-.

Echamos a correr de nuevo, como puestas de acuerdo telepáticamente. Me quité la cinta del bolso del hombro derecho y lo cogí para que no se cayese. No se oía ni a un alma. Parecía mentira que una noticia que sí podría pasarle a cualquiera afectase tanto en una ciudad. Al cabo de unos segundos, paré. Sabía que mi asma no me dejaría ilesa.

-¿Qué pasa? –me preguntó. Parecía tranquila, pero en el fondo sé que tenía un nudo en la garganta.

-No puedo más –simplemente dije eso.

-Venga, va, no te pares –continuó después de mirar a los lados-. Andamos, ¿vale? –asentí y fuimos andando, sí, pero con el paso muy acelerado.

Ya habíamos llegado a un pequeño kiosco que había bajando una cuesta desde su portal. Faltaba muy poco. Sonreímos en silencio para nosotras mismas y continuamos.

Al cabo de un rato notaba una presencia cerca de nosotras. Miré a nuestro alrededor, pero nada, ni un alma.

-¿Qué pasa? –preguntó cuando notó mi creciente nerviosismo.

-Nada, sólo que creí oír algo… -respondí, imitando una frase de nuestro monólogo favorito. Se rió, pensando que era una broma, aunque ella también lo notaba.

Acabamos de subir la calle cuando la sensación fue aún mayor. Nos disponíamos a cruzar el mínimo paso de cebra y lo vi, justo encima de un montón de escaleras que llevaban al Gadis. Mi amiga no lo distinguió a la vez que yo, no llevaba puestas sus gafas.

-¿Qué miras? –se puso más cerca de mí, también observándolo. Contuvo un grito y tragó saliva. Sus ojos color sangre fue lo que nos hizo temblar. De golpe, sin que nos esperásemos un solo movimiento por su parte, hizo un pequeño salto y apareció a escasos metros de nosotras. Lo único que hice fue coger la mano de Nat, tan fría como la mía.

[...]

viernes, 19 de marzo de 2010

Helado Corazón I [RENOVADO]

Hola! Desde hace tiempo me he planteado hacer una historia y subirla a un blog. Empecé una, pero luego me dio vergüenza ponerla por si no gustaba mucho. Pero después de ver el blog de Paula, que por cierto os recomiendo, me decidí a hacerlo. Antes, le conté la historia a Noe (que es Nat en la historia, por cierto), le encantó y me animó a subirlo. También me ayudó cuando estaba atascada pero esto no lo suelo decir ¬¬ xD Bueno pues.. espero que os guste y si la leéis, comentad, porfa xD

Saludos//*

P.D: Este capítulo está arreglado según me expreso y escribo ahora. ¿Por qué? Sinceramente, me daba vergüenza como estaba escrito. Arreglaré ligeramente alguno de los siguientes.

I

“Muéstranos tu cuello y deja que nuestros colmillos

rompan la piel pálida que impide que tu sangre sea nuestra,

y tu vida será eterna junto a nosotros.

Morirás cada mañana y renacerás al anochecer...”

Me estremecí un poco. No me llegaban a convencer aquel tipo de historias sobre vampiros. Cerré el libro y lo coloqué sobre mi escritorio. No merecía la pena guardarlo en la estantería, luego se me olvidaría dónde estaba…

Yo mantenía que la sangre debía permanecer dentro del cuerpo, ¿para qué va a salir? Me levanté del sofá y fui a prepararme para ir a dormir a casa de mi amiga de la infancia, cosa que hacía casi todos los sábados.

Cogí la maleta, me puse el abrigo y partí en marcha hacia su casa. En realidad vivíamos en la misma calle, prácticamente vecinas, sólo que ella vivía en el número 1 y yo..., en el 28.

Me llamo Ailin. Lo sé, un nombre extraño para la mayoría de gente que lea esto... o de padres originales, como lo queráis ver.

Llegué hasta el portal de Natalie. Timbré y subí, dispuesta a dejar mis cosas. Me abrió la puerta, sonriente.

-¡Hoooola…! –dijo, con su habitual tono de bienvenida-. ¿Qué tal?

-¡Hola! –respondí con igual entusiasmo-. ¿Vamos a dar una vuelta?

Miró su reloj y se lo pensó un poco.

-Son las nueve ya… -empezó a decir. Luego sonrió-. Bah, no importa. Vamos.

Nat encendió su mp3 y me dio uno de los auriculares mientras se ponía el otro. Íbamos dando un paseo por el Parque de Oza, donde solíamos quedar con nuestros amigos, montar en los columpios aunque fuesen de niños pequeños y hacer tonterías sin parar de reír.

-Bueno y… -solté al cabo de unos minutos de silencio-. ¿Sabes algo de ellas?

-¿Ellas, quiénes? –preguntó antes de caer en la cuenta-. ¡Ah! Pues… una sigue castigada y otra ha quedado con sus amigas de clase.

-Qué pena… -dije, haciendo una mueca-. Las podríamos haber invitado…

-Ya… En fin, otra vez será…

In New York,
Concrete jungle where dreams are made of,
There´s nothing you can do.

-Hey, ¿no crees que es increíble lo rápido que se nos ha pasado la “fiebre” de los vampiros? –dije, solamente para pasar la música a un segundo plano.

-Pero en realidad no la tuvimos tanto tiempo… -miró mis cejas levantadas-. ¿O sí?

-Algo –contesté-. ¡Venga ya! ¿Cómo pueden brillar a la luz del sol?

-Cierto. Explotan y se convierten en polvo, nada más –continuó antes de soltar una carcajada.

Mama, ooh...

I don´t want to die,

I sometimes wish I´d never been born at all…

Durante unos segundos, nos dedicamos a cantar la letra de Bohemian Rhapsody hasta que acabó y en la pantalla del mp3 apareció la hora. Las 12 en punto.

-¡Mierda! –exclamamos casi a la vez.

-¿Por qué aún no nos han llamado? –se preguntó a si misma, extrañada. Decidió no darle más vueltas y empezar a correr. Aunque no me apetecía nada, la seguí por no quedarme sola tan de noche. Le dí el auricular izquierdo y Nat guardó ambos.

Estaba muy oscuro y apenas había estrellas, sólo la luna que, curiosamente, estaba llena. No había ningún sonido salvo el de nuestras Converse pisar el duro asfalto. Y tampoco ninguna luz salvo el de las pocas farolas del parque que había.

-No me gusta nada que no haya nadie por aquí… -dijo, bajando un poco el ritmo.

-Puff… se me da por pensar unas cosas… -le respondí, yendo un poco más adelante que ella.

-¿Cómo qué? –me preguntó, alcanzándome.

-¿Viste estos días las noticias? –asintió.

-El asesino en serie –contestó solemnemente.

[...]