martes, 27 de abril de 2010

Helado Corazón XIV

Hoooooooooola!! Perdonad por tanto tiempo por actualizar... entre exámenes, trabajos, etc, etc... no tuve tiempo :S Pero hoy sale la "segunda" parte del capítulo anterior, ya que siguen en la cárcel. Pues eso, a leer ^^

Besos//* :D

XIV

“Jail at the midnight…” (2)

Lo de ir a las cárceles empezó a ser una costumbre… ¿saludable? Bueno, mejor que personas que no han hecho nada malo…

Y el “asunto” de Nat y yo fue mejor de lo que esperábamos. Nos controlamos muy bien y pudimos hacerlo contra personas inocentes como campistas que se quedaban a dormir cerca de nuestra casa.

Cada día eran historias diferentes. Y esa cárcel debería ser bastante buena, ya que jamás encontramos a nadie que dijese la verdad sobre que era inocente.

Cuando era humana, jamás pensé que hubiera tantísimos crímenes en el mundo. Muchos más de los que deberían. Esta es una forma aproximada de intentar acabar con ellos. Aunque apenas consigamos nada, esas personas que cometan crímenes, le dará miedo ir a la cárcel por las leyendas que cuenten sobre ella. Gracias a nosotras. No es que me considere una heroína o algo por el estilo, pero me sienta bien ayudar… aunque sea lo mínimo.

-¿Dice la verdad, Ailin? –me preguntaba Maia tras la “confesión” en una de nuestras comidas-.

Me concentré de nuevo, como cada vez que visitábamos la cárcel que ya era nuestro segundo hogar.

-No. Miente. Es cierto que colocó una bomba en aquel pequeño parque de atracciones, matando así a unas veinte personas.

Y de nuevo… saciar nuestra sed para poder sobrevivir.

Sí, casi nunca nos encontramos a nadie que dijese la verdad. Aunque hay una excepción… bastante importante.

Una noche cualquiera. Hora de “alimentarse”. Nos acercamos, como siempre, hasta la cárcel. Todo parecía normal. Bromas dichas a la medianoche. Saltos entre los árboles para dejar atrás el bosque. La luna estaba menguante. No llena, como siempre está en las historias de miedo, sino menguante. Había muchísimas estrellas en el cielo. Que se veían mucho mejor desde las copas de los árboles. Una noche normal. Llegamos y entramos como siempre.

-Bueno… ¿Quién hará de comida hoy? –dijo Michelle riéndose-.

Cuando su risa cesó, empezamos a oír un llanto a lo lejos. Irónico, ¿no? Decidimos acercarnos a ver que ocurría.

Un chico de unos… 16 o 17 años estaba en su celda sentado en la cama, acurrucado y sollozando.

Cuando nos acercamos, levantó la cabeza de golpe para ver quién era.

-¿Quiénes sois? –dijo con todavía lágrimas en los ojos-.

-Que mooonooo… -me susurró al oído Nat mientras se reía, lo que provocó que yo también me riese-.

-Somos… -empezó a decir Michelle mientras soltaba una risilla tras oír lo que había dicho Nat- Bueno, eso no importa.

-¿Por qué llorabas? –dijo Nat, preocupada-.

Michelle decidió entrar en la celda antes de que respondiese. Pareció que Nat se asustó un poco, por si lo iba a matar, pero al final, acabamos entrando todas allí y sentándonos alrededor.

-Es que… -seguía un poco aturdido porque cuatro chicas que no conoce de nada y que tienen los ojos rojos han entrado en su celda doblando los barrotes con las manos- Me acusaron por algo que no hice.

-¿El qué? –dijimos casi las cuatro a la vez, unas más alto y otras más bajo-.

-Matar a mis padres y a mi hermano. –no pudo contenerse y se echó a llorar de nuevo-.

-Cuéntanos. –dijo Nat sonriendo-.

-Veréis… -empezó con la historia cuando se calmó un poco- Tuve una pequeña pelea con mi hermano, pero era una discusión común entre nosotros, nada más, y mis padres se enfadaron y acabamos discutiendo con él delante. Me harté y como era hora de irme porque había quedado con mis amigos, pues eso, me fui. Como siempre, fuimos al parque y eso. A las ocho y media o así, volví a casa. Timbré porque me daba pereza coger las llaves, pero nadie contestó. Así que abrí la puerta y entré. Al igual con la puerta de casa. Grité: “¿Hola? ¿Hay alguien?” Y nadie me contestaba. Me acerqué hasta el salón, donde había discutido con mis padres. Y allí estaban. Tirados en el suelo. No podía creer lo que estaba viendo. Había sangre por todas partes y… también estaba mi hermano, allí, inmóvil. Justo en ese segundo vi la ventana abierta y a alguien cayendo al vacío con mucha rapidez. Luego llegó la policía e interrogó a vecinos que decían que habían oído bastantes gritos sobre las cinco de la tarde, cuando discutíamos. Me acusaron de haberlos matado, era el principal sospechoso. Y no se creyeron mi historia.

¿Un vampiro puede haberlo hecho? Es lo más probable.

-Tu tranquilo, que tenemos aquí un detector de mentiras parlante, ¿verdad, Ailin? –dijo Michelle sonriendo-.

La fulminé con la mirada y analicé las palabras de él mientras me concentraba. Abrí los ojos.

-¿Y bien? –dijo Nat interesada-.

-Dice la verdad. –dije sonriente- Eres el primero que la dice en esta cárcel, la verdad.

-Pero, ¿quiénes sois vosotras? –respondió-.

-Pues mira, somos Michelle…, –empezó a decir-.

-Maia.

-Ailin.

-Y Nat. –finalizó esta, sonriendo-.

-Me llamo Eric. Encantado, supongo.

-Tengo una teoría sobre quién mató a tu familia. –dijo Nat cortando ese “supongo”- Aunque creo que es la misma que están pensando todas. Fueron uno o varios vampiros.

-¿Vampiros? –respondió con los ojos como platos- ¿Lo sois vosotras también?

-¡Ajajá! –dijo Maia sonriente-.

-Nos transformaron a Nat y a mí un día que íbamos paseando y nos dimos cuenta que ya eran las doce. Uno de ellos nos mordió en ese momento. Y nos había dicho que éramos las… “elegidas” o algo así, ¿no? –conté mirando a Nat-.

-Sí, y aún seguimos sin saber por qué. –contestó ella-.

Empezamos a explicarle como iba lo de los vampiros. Los dones, la fuerza, velocidad, la alimentación (le dio mucho asco) y otras cosas por el estilo.

-Vale, creo que lo he pillado. ¿Y ahora que va a pasar? ¿Me mataréis como habéis hecho con los otros? –dijo Eric con toda la normalidad del mundo- Hacedlo si queréis, ya me da todo igual. Estaría mejor bajo tierra que sufriendo de esta manera.

-Nonononono. –se apresuró a decir Nat antes de que acabase- La verdad es que no sé que vamos a hacer.

-La cuestión es que… creo que le hemos contado demasiado. –dije mordiéndome el labio-.

-¿Entonces…? –dijo Nat-.

-Podemos… transformarlo, ¿no? –dijo Michelle restándole importancia-.

-Podríamos pero… -empecé a decir-.

-¿Transformarme? Es decir… ¿ser vampiro?

-Sí, a eso nos referimos. –dijo Maia-.

-Molaría. –respondió Eric riéndose-.

-Vale, pues le transformamos pero… -empezó a decir Nat- ¿Quién lo hace?

-¡Yo ni por asomo! –dijimos las cuatro a la vez-.

Luego fue un barullo de voces entre: “¿Y si lo mato?”, “¡No me puedo controlar!”, “¡Es peligroso!”, “¿Cómo lo hago?”,…

-¡Tengo una idea! –soltó Nat-.

-¿Cuál? –dijimos casi todos a la vez-.

-¡A piedra, papel o tijera!

[...]

jueves, 22 de abril de 2010

Helado Corazón XIII

Buenas tardes!! No tengo nada de nada de tiempo para actualizar. Muchas gracias a tod@s y comentad, vale? Muchas gracias, de verdad ^^

Ciao//*

XIII

“Jail at the midnight…”

Llegó la noche… Hora de la caza y la primera vez que probábamos la sangre humana. No parábamos de darle vueltas a si podríamos contenernos, parar, luego poder estar con humanos delante sin tener que temer por la vida de ellos,…

-Llegó la hora, ¿no? –hizo eco de mis pensamientos, Michelle-.

-Tranquilas, si vemos que os pasa algo que ponga en peligro a la demás gente o a vosotras, os ayudaremos en lo que podamos. –dijo Maia con voz tranquilizadora-.

Fuimos hasta la cárcel más cercana que encontramos, mientras que por el camino, íbamos haciendo bromas.

-¿Será un poco ridículo, no? –decía Michelle- Aparecer allí de repente y mientras que el preso pregunta quiénes somos, nosotras en plan: “¿Qué delito cometiste? Nada, es que queremos saber si fuiste tú el que lo hizo. Más que nada, por comerte o no.”

-Y todo esto con una sonrisa, ¿eh? Acordaos. –dijo Nat riéndose, como todas-.

Llegamos al fin y pensamos en cómo entrar, aunque no fue muy difícil. Simplemente trepando por la verja sin que suene la alarma y, antes de entrar en una celda, preguntar todo eso.

Una vez dentro, decidimos el que estaba en la más cerca de la puerta.

-¡Chist! –dijo Michelle mientras metía la mano entre los barrotes de la celda y empezó a moverla para llamar su atención-.

-¿Quiénes sois? –decía el preso mientras se levantaba y se alejaba un poco de los barrotes-.

-Eso no importa. –dijo Nat- ¿Por qué te han encerrado?

El preso estaba mirando a todas nosotras, asustado. Pero parece que decidió decírnoslo.

-Pues… me acusan de haber atracado un banco, matando a las personas que se pusieron por delante.

-¿Cuántas? –dije, intentando concentrarme, poniendo los dedos en las sienes y cerrando los ojos-.

-Cinco. –respondió bajito-.

-¿Y lo has hecho de verdad? Es decir… ¿Lo has cometido? –dijo Maia mientras me miraba de reojo-.

-No. Soy inocente. –respondió mirando un poco a los lados-.

Me concentré un instante y lo tenía claro. Abrí los ojos y había cuatro personas mirándome fijamente.

-Miente. –dije alto y claro-.

-Pues ya sabes lo que le queda. –dijo Michelle-.

Esta, agarró los dos barrotes que estaban en la mitad de la verja y tiró hacia los lados. Se moldearon a la forma que les daba como si fuesen plastilina.

Entramos abriéndonos paso como pudimos, tirando de los barrotes. Me sorprendió muchísimo la fuerza que teníamos. Nunca hubiese llegado a imaginarlo.

Entonces Michelle y Maia cogieron de los lados al preso y haciéndonos un gesto a Nat y a mí dijeron:

-Las novatas primero.

A lo que Michelle se echó a reír y a Nat y a mi no nos hacía mucha gracia.

Nos acercamos y cogimos cada una un brazo para morderle en la muñeca, a lo que gritó como un loco mientras que a mí me daban escalofríos por matar a un humano. Pero sin duda, era mucho mejor ese que otro cualquiera que no hubiese echo nada.

Nos siguieron Maia y Michelle mordiéndole en el cuello.

Algunos presos de celdas cercanas intentaban ver que estaba pasando en aquella celda siniestramente abierta con los barrotes doblados. Pero no vieron nada. Por suerte… Ya que sólo nos faltaba que ahora nos descubriesen.

Él, siguió con su grito que iba bajando de tono cada vez más… para acabar apagándose por completo.

Nuestra sed no estaba saciada por completo todavía.

Salimos de aquella celda dejando atrás el cuerpo inmóvil de un asesino y buscamos otra para poder irnos antes de que saltase la alarma.

Nos decidimos por una de las que sus ocupantes estaban despiertos intentando contemplar la escena.

Pasamos delante de la verja y nos dijo uno:

-¡Hey, guapas! ¿Qué hacéis en una cárcel? ¿Os detuvieron por estar tan buenas?

-¡Ese! –gritó Michelle señalándolo- ¡Y da igual si es inocente o no!

-Espera. –dijo Maia conteniendo a Michelle- ¿Por qué te han encerrado?

-¡Por matar a mi mujer y quemarla! –dijo tranquilamente- Pero… yo no fui…

Me concentré en aquellas palabras analizándolas una por una para conseguir el veredicto.

-Está clarísimo que miente. Pero eso lo podría haber deducido hasta una persona sin don. –dije poniendo los ojos en blanco-.

-Al ataque. –dijo Michelle sonriendo y mostrando los colmillos-.

Al terminar, hicimos lo mismo que hizo a su mujer. Quemarlo. Simplemente, para que al menos en su muerte descubriese lo que es pasar por eso.

[...]

lunes, 19 de abril de 2010

Helado Corazón XII

Salut!! ^^ Volvimos de París!! TT Que mal!! Aunque echaba de menos mi casa y mi familia y todo... yo quería quedarme allí TT Bueno, ahora hay un montón de anécdotas y cosas, eso es lo bueno xD Y... que lo pasamos muy bien xddd Gracias a todos y... leed este capitulo ^^ Comentad, porfiis <.< >.>

Besos!!! ^^

XII

Y no pronuncias mi nombre
aunque bien sabes quién soy…

-No es de vuestra incumbencia. –dijo Michelle secamente-.

-Pero… ¿son vampiros, no? Es decir… los conocéis y os caen bien, parece. –dijo Nat mirándolas con expresión curiosa-.

-Creo que deberían saberlo, ¿no? –dijo Maia mirando de reojo a Michelle-.

-Como quieras. –respondió Michelle mientras iba a sentarse-.

-Veréis… -dijo Maia mientras cambia de posición para ponerse delante de nosotras dos- Sabréis que hay más vampiros en el mundo, ¿no? Es obvio después de habernos conocido a nosotras.

-Sí, claro. –dijimos a la vez Nat y yo-.

-Bien. Pues… hace unos años… sí teníamos una familia. –continuó Maia-.

-Para ti serían familia. –dijo Michelle desde el sofá- Para mí, sólo uno.

Maia puso los ojos en blanco y continuó:

-Veréis… éramos nosotras dos, Ian y Monique. A Michelle le caía… y bueno, le cae fatal Monique.

-Imbécil. –dijo Michelle refiriéndose a Monique-.

-Bueno pues, no voy a aburriros con toda la historia. –continuó Maia- La cuestión es que… acabamos cada uno por nuestro lado. Y hace poco hemos oído que están en peligro. Pensamos en ir a buscarlos a ver si estaban vivos y…

-Pero yo ni por asomo ayudo a esa… -empezó a decir Michelle cuando Maia le tapó la boca-.

-Ya veis que no le cae… lo que se dice bien. –dijo Maia levantando la ceja-.

-Pero… ¿Por qué le tienes tanto rencor a esa Monique? –dije mirando hacia Michelle y la cara que ponía por tener aún la boca tapada-.

-¿Puedes quitar la mano? –dijo Michelle mirando a Maia de reojo.

En cuanto la quitó, puso los ojos en blanco- Gracias, supongo.

En cuanto la pequeña discusión cesó y Michelle respiró hondo…

-Pues simplemente la odio porque… -se quedó pensativa unos segundos y contestó con una sonrisa- La odio.

-¡La odia porque está siempre con Ian! –dijo Maia gritando y levantando los brazos- Es que mira que eres…

-Y te gusta Ian, ¿eeeh?... –dijo Nat levantando las cejas-.

-Hablas así porque nunca lo has visto. –respondió Michelle cruzándose de brazos-.

-Bueno, pues la cuestión es que… están en peligro. –dijo Maia preocupada-.

-¿Podemos hacer algo? –dijimos Nat y yo-.

-De momento, no. –continuó Maia- Les hemos perdido el rastro hace poco, antes de conoceros a vosotras. Y… creemos que huyeron a alguna parte de Asia.

-¿Pero quién les perseguía? –dijo Nat, más interesada-.

-Nos perseguían. -corrigió Michelle- Una familia de vampiros bastante poderosa. Parece mentira, siendo sólo dos. Pero son absolutamente letales.

Un escalofrío recorrió nuestras espaldas con sólo pensarlo.

-Y nos perseguían por el simple hecho de que estábamos en su territorio. –dijo Maia poniendo los ojos en blanco-.

-Luego, Ian y Monique empezaron a interesarles más y nos dejaron marchar. –dijo Michelle cruzando los brazos-.

-¿Dónde estabais? Es decir… ¿Cuál era “su” territorio? –dije, curiosa-.

-Europa. –dijo Maia, secamente- En especial Italia, Grecia, Rusia, Alemania y… España.

-¿Ves? Te dije que era mejor idea irnos aquí. –dije mirando a Nat mientras que ella ponía los ojos en blanco-.

[...]

sábado, 10 de abril de 2010

Helado Corazón XI

Bonjour a tout le monde!! ^^ 1 día!!! 1 día!!! 1 día!!! *o* xD Dios mío!!! Capítulo 11!! En 1 mes y poco!! *o* Culpa vuestra!!! xD Esta es la última entrada que pondré hasta... el domingo que viene. :l Podreis vivir sin ello? No creo xDD Ehhh.... gracias a todo el mundo de nuevo y... estoy bastante dormida asi que no se me ocurre mucha cosa más que poner... Leed y comentad, vale? ^^

Au revoir...!!! Hasta dentro de una semana!!! ^^

XI

“Vampiresas… ¿carnívoras?”

-Explícate. –dijo impaciente, Michelle-.

-A ver… -continué- Ya hemos dicho que no aguantamos matar a gente que no ha roto un plato en su vida.

-No siempre tiene que ser así. –dijo Maia- Simplemente es azar. Puede que la persona a la que matemos sea buena y que no ha cometido un delito en su vida, o… puede que no.

-¡Ese maldito azar es el que nos tiene cabreadas! –soltó de repente, Nat-

-Vale, vale, vale. –dije, cortando un poco- Cómo decía, eso es el problema. Así que… ¿Por qué no alimentarnos de gente que sí que ha roto algún que otro plato en su vida?

-¡¿Y eso cómo narices lo vamos a saber?! –dijo Nat-.

-Podemos… ir a cárceles por las noches y… con mi don, saber si esa persona ha cometido el delito del que se le acusa. –dije, acabando con una pequeña sonrisa-.

-Es buena idea… -dijo Maia mientras daba vueltas paseando, por la alfombra- Lo malo es que… de momento vais bien controlando vuestra sed… y si probáis sangre humana, a lo mejor…

-No van a sólo probarla. –la cortó Michelle- Creo que lo que dicen es estar dispuestas a cambiar su estilo de vida para ser vampiresas carnívoras. ¿No?

-Ajá. –dijimos Nat y yo, asintiendo-.

-Pues ya está. Hecho. –dijo sonriendo Maia-.

-Humm… ¿Empezamos esta noche? –dijo Michelle dando una palmada-.

-Yo tengo sed ahora… -dije, prácticamente hambrienta-.

-Pues id a cazar animales o lo que queráis. –dijo Michelle de nuevo, haciendo aspavientos con las manos-.

Mientras cogía a Nat de la mano y la empujaba hacia la puerta, ella iba diciendo cosas como: “¡Entonces quedamos así!”

No la oí mucho, ya que yo iba concentrada en mis pensamientos: “¿Seré capaz de saber con seguridad si mienten o no?”; “¿Lo lograré desarrollar bastante?”… Ante esos pensamientos, mi única reacción exterior fue morderme el labio.

Más tarde, volvimos de cazar y ni Maia ni Michelle estaban en la casa. Rastreamos su olor hasta un lugar retirado cerca de nuestro árbol.

-¿Tu crees que seguirán vivos? –le decía Maia a Michelle entre susurros-.

-Ni idea… aunque podría haber pasado cualquier cosa… -respondió Michelle, algo decaída-.

-Puff… ¿Qué habrá sido de ellos? –dijo Maia, un poco melancólica-.

-Ojala que sigan igual que siempre. Y sobre todo, vivos. –decía Michelle-.

-Tendremos que ir yendo a nuestro arbolito, en breve llegarán… - dijo Maia mirando alrededor-.

Corrimos sigilosamente hacia la casa y simulamos haber estado sentadas allí todo ese rato. Entraron.

-¡Hola! –dijo Nat, disimulando-.

-Buenas… -dijeron Maia y Michelle. Esta última nos miraba de reojo de forma extraña-.

-¿Qué tal la caza? –dijo Maia-.

-Bien, bien… -respondimos Nat y yo-.

-Venga, ya vale. –soltó Michelle- Sabemos que nos habéis oído. Si no usas tu don, no ocultas el olor. –esto último lo dijo mirando a Nat-

-¿Quiénes eran de los que hablabais? –dijimos Nat y yo, sin poder evitarlo-.

[...]

jueves, 8 de abril de 2010

Helado Corazón X

Bonjour!! ^^ Tres días, nada más y nada menos!! *o* *o* *o* En tres días estaremos en Pariiiiiiis :D Y no actualizaré en todo ese tiempo, lógicamente -.- xD Ah, por cierto, "Michelle", ya te pondré don en breve, ¿vaaaaaale? ¬¬ Hoy no me apetece mucho escribir TT Aunque estoy contentísima porque acabo de terminar el trabajo de tecnología y... ¡París! Ah, bueno y que mañana es Viernes, pero eso no cuenta mucho en mi escala de felicidad ^^ (lol) Aquí os dejo el capítulo X (Oh, dios mío, el capítulo 10 ya O.o) Así que.. a leerlo ^^

Au revoir!! ^^

X

“We´re one… and the same?”

Así acabamos. Nat, Maia, Michelle y yo viviendo en la casa árbol. En Australia. Siendo una familia. Dilla. Esto empieza a parecer un telegrama.

Intentábamos vivir lo más… pacíficamente posible, lo que era en muchas ocasiones factible, pero en otras… discutíamos casi por cualquier cosa. Una de nuestras grandes discusiones fue por la comida…

-¡De verdad, es que…! –gritaba por todas partes Michelle- ¡No sé como podéis sobrevivir con sólo sangre animal! ¡¿Es que nunca habéis probado la sangre humana?!

-No. –dijo Nat mientras yo negaba con la cabeza-.

-Vale, eso lo explica. –decía Michelle mientras se sentaba en uno de nuestros sofás, resignada-.

En ese momento vi que Nat estaba que echaba humo. Supuse que por las peleas estúpidas cada 5 min.

-Oye, perdona… -empezó a hablar Nat usando su tono cabreado- Pero si tanto detestas estar con nosotras, no haber dicho lo de: “¡Formemos una familia!” ¡Hale! ¡A lo loco!

Michelle miraba de reojo a Nat, que estaba de pie a su lado.

-Así que… -dijo de último Nat mientras levantaba el dedo índice y lo ponía entre ellas dos- Baja los humos, chimenea.

Lo que, ninguna de las tres aguantamos sin echarnos a reír.

Cuando se pasó el “segundo de la felicidad”, Michelle desistió.

-Vale. –dijo mirándonos con los brazos cruzados- Lo único que pasa es que… no sé como vivís así.

-Simplemente… -dije tras unos segundos de espera- Es que nunca hemos probado la sangre humana. Además nos parece un poco mal matar a humanos inocentes… porque sí.

-Porque sí, no. –dijo Michelle, levantándose- Para sobrevivir. Si no sirviese para eso, yo sería la primera que no lo hacía.

-Pero aún así. –continuó Nat- Nos parece mal. Nos da igual que lo hagan otros vampiros… Bueno, igual, no, pero tampoco para prohibírselo.

-¡Faltaría! –dijo Michelle, para luego arrepentirse y cambiar de tono- Nosotras tampoco hemos probado nunca la sangre animal.

-A mí, sinceramente, me da un poco de asco. –habló por primera vez, Maia-.

Entonces fue cuando Nat abrió los ojos como platos y dijo en su interior como gritando hacia el vacío: “¡Habló!” Luego se calmó y sonrió aliviada, aunque le salió más bien una sonrisa que decía: “Yo a ti te mato”.

-Tenemos que encontrar una solución. –dije al darme cuenta de cómo se estaba volviendo la cosa-.

-No veo mucha. O animales o humanos. Punto y final. –dijo Michelle, cortante-.

-O no… -dijimos Maia y yo casi a la vez-.

-¿En que estáis pensando? –dijo Nat empezando a sonreír sinceramente-.

-Humm… El problema es que nosotras no queremos matar a humanos inocentes… -recalqué inocentes- …y vosotras, ni de lejos queréis beber sangre animal. ¿Así es, no?

-Ajá –cortó Maia a Michelle, que seguramente iba a decir una respuesta borde-.

-¿Y qué hay de los humanos... no inocentes?

[...]

domingo, 4 de abril de 2010

Helado Corazón IX

Buenos días de nuevo!! =) Tardé un día en subir, espero que tampoco sea para tanto <.< >.> En este capítulo los cuatro personajes empiezan a conocerse, y dos de ellos descubren una cosa muy importante... *chan, chan, chan* (música de suspense xD) Gracias a todos los de siempre (en realidad es todas xD) y... que estoy muy dormida como para que se me ocurra algo más. TT Pues... disfrutad del capítulo y... eso. xD

Muchos besos//* ^^

P.D: No sé si el final es un poquillo precipitado, pero es que no se me ocurría donde ponerlo si no. xD

IX

“Nunca a un ser extraño le

llamé mi familia…”

Nat y yo asentimos con la cabeza. Continuaron con su historia.

-Vivimos aquí normalmente, -siguió Maia- aunque cambiamos de lugar bastante…

-Lógico… Somos nómadas –la interrumpió de nuevo, Michelle, con una expresión aburrida-.

Maia levantó una ceja mirando fijamente a Michelle y dijo moviendo los labios: “Para”.

-Tampoco tenemos familia y… somos sólo dos. –sonrió mirándonos-.

-¿Tenéis algún don? –soltó Nat de repente-.

Maia se quedó pensativa mientras que Michelle empezó a hablar cruzándose de brazos.

-Maia puede saber los dones de los demás vampiros. –miró a Maia que no estaba pensando, si no concentrándose en aquello- Y yo… que sepa, no.

Nat se quedó con los ojos como platos mirando hacia Maia mientras ella cerraba los ojos y se ponía los dedos en las sienes.

-Nosotras… que sepamos, tampoco… -dijo Nat sin quitarle ojo a Maia-.

De repente, Maia abrió los ojos y me miró. Me quedé helada. Estuvimos así unos 2 segundos. Luego soltó:

-Sí tenéis don. –sonrió marcando las comisuras de los labios-.

-¿Cuál, cuál, cuál? –dijo Nat, saltando, lo que sorprendió bastante a Michelle y alegró a Maia, supongo porque no éramos peligrosas-.

Maia señaló a Nat y dijo:

-Tu don no está nada definido, pero en breve podrás usarlo con normalidad.

-¿Cuál es? –dijo casi saltando-.

-Puedes ocultar tu olor y correr más rápido que otros vampiros. Como te dije, apenas es un don claro, pero una vez desarrollado, es bastante útil.

Nat empezó a dar saltitos mientras decía cosas como: “¡Tengo un don! ¡Yupi!”

-¿Y yo? –dije, intentando sacarle importancia al hecho de que Nat estaba dando vueltas con saltitos incorporados-.

-Tu don no lo he visto en mi vida. –siguió Maia- Y parece bastante poderoso, aunque no sé si podrá desarrollarse con mucha rapidez.

-¿Cuál es? –dije mirando con curiosidad-.

-Saber cuando alguien miente o no. –dijo sonriendo- Tampoco está definido, pero una vez que lo controles, podrás saber si alguien es inocente o no en un crimen, por ejemplo.

-Tendremos que tener cuidado al mentirte –dijo Michelle riéndose-.

-¿Tendremos? –repitió Nat-.

-¿Sí, no? –dijo convencida Michelle- Vosotras no teneis familia, nosotras tampoco. Somos “mini familias” separadas de dos. ¿Por qué no juntarnos y hacer una? ¿Os molesta tanto?

-No… -siguió Nat- Pero no creí que fuese tan fácil…

Nos echamos a reír porque sí. Después, Maia dijo:

-Entonces… ¿somos una familia? –dijo con una sonrisa sincera-.

-Claro. –dije riéndome todavía-.

-Pero espera, espera, espera… -dijo Nat- ¿Cómo sabemos que no irán contra nosotras?

-Decidlo. –dije concentrándome-.

-¿El qué? –dijeron Maia y Michelle al unísono-.

-Que no nos matareis ni nos haréis daño. –dije cerrando los ojos y concentrándome-.

-Vale… -dijo Maia- No os mataremos ni os haremos ningún tipo de daño.

-Igualmente. –dijo Michelle-.

Estuve sumida en mis pensamientos, concentrada, unos 2 minutos que me parecieron eternos. Al final, abrí los ojos y solté:

-No me parece que mintáis.

-¡Eso me parecía a mi! –dijo Michelle con cara aburrida-.

-¿Y no necesitaremos un… nombre o algo así? –dijo Nat bajando los humos un poco al ambiente-.

-Sí… supongo. –dije, secundando la noción de Nat-.

Pensamos un rato y entonces soltó Maia:

-Dilla.

-¿Dilla? –dijimos el resto al unísono-.

-¿Por qué no?

[...]


jueves, 1 de abril de 2010

Helado Corazón VIII


Hola!!!! ^^ ¿Qué tal? (No sé porque hago preguntas, si nadie me responde xD) Bueno, muchísimas gracias a Noe, Alemii, Sara, Alisha, Paula, Águeda, Josune, ... (igual que siempre ^^) y Misa, Ang, Pat, Nat, Suuly, ana, ... (si me dejo a alguien lo siento TT) En este capítulo... entran un par de personajillos... ¿Lo adivináis? <.< >.> Creo que sí. xD Y además tenemos un dibujo de Nat!!! (Hecho por Alisha ^^ Gracias :D) Lo pongo aquí al lado <--- Bueno pues, a leer este capítulo ^^

Muchos besos//* ^^








VIII

“Fluyo a través de las vidas que no consiguen

saber dónde encontrar la salida que abre la

puerta del mal y el bien…”

Saltamos de la puerta al suelo del bosque. Tras las indicaciones de Nat, corrimos hacia esa parte del bosque. No se si a mí se me notaba la tensión en la cara, pero ella…, si se tensaba un poco más, parecería una baldosa de mármol, de las del baño.

-¡Por ahí las vi! –gritó como una posesa-.

-¡Chist! –dije mientras me llevaba el dedo índice a la boca- ¡Te van a oír!

Nos subimos a un árbol de pie en unas ramas, agarrándonos al tronco. Miramos alrededor del claro. Nada.

-¿Hace cuanto estaban aquí? –dije bajito-.

-Supuse que estaban empezando la caza, y… creo que no les llevaría más de… 2 min.

Se me ocurrió una cosa. Empecé a olfatear, parecía un chucho, sí, pero funcionaba. Intenté localizar nuestro olor y buscar otro similar para encontrarlas.

-¿Qué haces? –dijo extrañada-.

-¡Por ahí! –dije señalando un camino-.

Saltamos de árbol en árbol intentando llegar lo más rápido y sigilosamente posible. Entonces las vimos. Estaban en un campo de pie. Supuse que hablando, aunque en susurros. Apenas se oía nada.

-¿En serio? –dijo una de ellas, de pelo rizo y castaño. Era más baja que la otra, pero, curiosamente, tenía aspecto más peligroso.

-¡Sí! ¡He visto a otra familia! –respondió la otra, de pelo corto y muy, muy negro. Lo decía mientras daba aspavientos con las manos-.

-Pero… ¿Crees que viven por aquí? –dijo la primera mientras daba vueltas, nerviosa-.

-Michelle, tranquila –dijo la del pelo corto mirándola fijamente- La única de ellas que vi, se dirigía a una casa… en un árbol.

Entonces miré a Nat a través del tronco que nos tenía separadas. Sonrió como diciendo: “Lo siento”. No le di importancia y seguí intentando escuchar la conversación.

-¿Crees que eran muchos más? –dijo la tal Michelle-.

-Sólo vi a una. Pero alo mejor vive con más en aquella casa. -torció la boca mientras decía esto-.

Decidí que era el momento. Le hice una señal a Nat y salimos de las sombras.

En medio segundo ya nos habían visto. Se pusieron en posición de ataque y mostraron los colmillos. Yo, en señal de paz, levanté las manos a la vez que Nat y nos acercamos. Ellas, en susurros decían cosas como: “¿Son ellas?”, “¿Hueles más de su familia cerca?”,… Decidí romper el silencio:

-Hola. –dije, sorprendentemente con voz muy fuerte-.

Mi única respuesta fueron un par de gruñidos.

-Somos Nat… -dije señalando con la mano a mi compañera- y Ailin.

Seguíamos sin respuesta. Decidí seguir hablando, aún a riesgo de que fuesen mis últimas palabras.

-Somos neófitas. Convertidas hace una semana. No tenemos ninguna familia. O al menos, todavía. No hay nadie más con nosotras. Y… bueno, creo que eso es todo.

Su posición de ataque desistió. Al menos, una de las dos. La otra seguía mostrando los colmillos.

Una de ellas empezó a hablar, la del pelo corto.

-Somos Maia y… -iba a señalar a la que estaba a su lado…-.

-Michelle. –dijo la otra, interrumpiéndola.

[...]