miércoles, 24 de noviembre de 2010

Añadido.

Buenas tardes ! ^^ Esta entrada la dedicaré a los personajes. Reconozco que no los he descrito con claridad, así que, aquí vienen. Próximamente (ya parezco unos anuncios sobre un capítulo de algo): Los primeros capítulos "re-editados", ya que ahora que los releo no me convencen demasiado.

SALUDOS ! =D

P.D: No voy a cambiar nada de la historia pero sí la forma de expresarme y de describir alguna cosa (sí, añadiré estas descripciones por la historia).

P.D(2): Sólo aparecen los inventados ya que supongo que los otros los conocéis:

Ailin: Patri.
Nat: Noe.
Maia: Paula.
Michelle: Alemi.
Monique: Águeda.
Ariana: Sara M.
Isabell: Alisha.
Leonard: Dani.

Personajes “inventados” de Helado Corazón. (Por orden de aparición):

=> Eric. -Físicamente: Pelo corto (normal), castaño. Antes, ojos marrones (lo que se dice color chocolate) y después, rojo claro. Más bajo que Ian (poco). Fuerte, ni musculoso ni escuálido. Suele vestir pantalones vaqueros, chaquetas de cuero (en alguna ocasión), camisas, camisetas (más habitualmente estas últimas), sudadera (sólo cuando practican poderes o lucha), converse o tenis.

-Psíquicamente: Cuando era humano, solía ser uno de los “protagonistas” en su grupo de amigos, pero después de perderlos ha cambiado un poco. Alegre, sonriente, amigable, un poco celoso, salado. Aún no se lleva demasiado con el resto, salvo Nat y Ailin. Romántico, más que el resto (no empalagoso)

Se lleva mejor con: Nat.

Se lleva peor con: Ian (de momento ¬¬).

=> Ian. –Físicamente: Pelo un poco más largo que Eric pero lo tienen más o menos igual, castaño oscuro (algo de flequillo). Ojos más rojos que los demás (después) y grises antes. Es el más alto y corpulento. Suele vestir chaquetas de cuero o camisas y vaqueros, converse. Raramente, tenis.

-Psíquicamente: Aunque sea bueno, es el que más podría ser de los malos, pero se mantiene con los demás por Michelle (ahora es cuando decís “Ooooh…”). Arrogante, siempre tiene la última palabra, suele hacerse el más “hombre” pero al final es un trozo de pan. Con fama de graciosillo. Su relación con Monique es como la de cualquier par de hermanos, se pelean, pero en el fondo se quieren y, en este caso, son la única familia que tienen.

Se lleva mejor con: Michelle.

Se lleva peor con: Eric (de momento, repito).

domingo, 21 de noviembre de 2010

Helado Corazón XXXIV

Hola! Aquí os saludo, desde mi aburrida tarde de Domingo para que me dediquéis unos minutos de vuestro, quizá importante, tiempo. Para quiénes no hallan prestado demasiada atención a los capítulos pasados os describo la situación: Están en plena noche en aquel descampado con el lago tantas veces pronunciado después de haberse alimentado. Monique tiene la idea de ver cómo pelean y sus respectivos dones en acción. Es el turno de Michelle.

Disfrutad del capítulo, por favor, sed sinceros en cuanto a vuestra opinión y muchas gracias por leerme.

Patri.

XXXIV

“El mar es como la amistad;

se ve el horizonte pero no el final…”

Asintió y se acercó un poco más al agua del lago. Se agachó ligeramente y puso la mano mirando hacia abajo. La fue levantando despacio y un poco de agua se levantó, como un pequeño chorro que iba subiendo lentamente.

-Si levanto la mano despacio, pasa esto. -la subió del todo rápidamente. El agua subió como una ola y la empapó por completo. A nosotros sólo nos llegaron unas cuantas gotas. Empezó a hablar sarcásticamente mientras los demás nos reíamos por las pintas que le habían quedado- Vale, ya habéis visto que pasa si lo hago deprisa…

-Mejor no hagas eso. -dijo Monique aún riéndose- Empieza despacio y no hagas movimientos muy bruscos. Ya te saldrá.

Michelle se escurrió el pelo y la ropa como pudo, pero seguía empapadísima. Suspiró y se le ocurrió una idea. Levantó los dos brazos por completo y los giró en círculos por encima de su cabeza. Una ráfaga de viento se acercó al campo y nos hizo retroceder a todos los demás. El aire nos cegó durante unos segundos y cuando pudimos verla, estaba completamente seca. Sonrió y se encogió de hombros.

-Vale, la próxima vez intenta no dejarnos ciegos, ¿vale? -dijo Monique sarcásticamente- Prueba con la tierra.

Asintió y se agachó para poner la mano en la hierba. Fue levantando la mano ligeramente y una pequeña rama salió, haciendo caso a sus movimientos.

-Vale, este lo dominas mejor. Prueba a subirlo más, pero… -empezó a decir Monique cuando Michelle levantó el brazo del todo. Una gran rama empezó a inundar el medio del campo, haciendo que nos echásemos hacia atrás, casi llegando a los árboles cercanos- ¡no tanto! -gritó Monique cuando vio que había un tronco de un árbol enorme en el claro- ¡Sácalo, sácalo! -siguió gritando cuando Michelle bajó el brazo de golpe a la vez que aquella rama que había crecido demasiado. Monique respiró aliviada y los demás volvimos a nuestra posición original, aún asustados-.

-¿Pruebo con el fuego? -preguntó Michelle mirando a la nada, empezando a concentrarse-.

-¡No, no, no! -empezamos a gritar todos mientras negábamos con la cabeza, empezando a ponernos nerviosos de nuevo-.

-Michelle, es mejor que empieces despacio con tus poderes. -dijo Monique, volviéndose seria- Tu don es… muy poderoso. Y si no lo consigues controlar, puede volverse demasiado peligroso. Para ti y para nosotros. Así que es mejor que no hagas movimientos bruscos con ninguno de ellos. -ella suspiró resignada y volvió a su sitio anterior- De todos modos, sabes controlar las catástrofes, que ya es un comienzo. -se rió. Al segundo cambió de tema- ¿Qué más dones pueden servirnos para la pelea? -nos miró a todos- ¿Nat? -se acercó al centro- Veamos qué tal. Mejor empieza con la velocidad.

-Pero… ¿no lo habéis visto ya antes? -contestó-.

-Sí, pero nos fijábamos en la pelea, no en tu don en concreto. -nos miró a los demás- Será mejor que hagáis una carrera tú y alguien más para compararlo. ¿Voluntarios? -nos quedamos en silencio, esperando que alguien asintiese- Bah, iré yo misma. Hasta el otro lado del lago. Pásalo como quieras.

Se pusieron delante de nosotros de espaldas, preparadas para la carrera. Michelle dio la salida y comenzaron a correr. Monique estaba casi todo el rato observando a Nat, que le llevaba mucha ventaja. Al llegar al lago, Nat titubeó un poco, pero al final se tiró de cabeza y comenzó a nadar para llegar al otro lado. Nos dimos cuenta que no sólo corría rápido, sino que también nadaba más deprisa que los demás. Monique decidió pasar saltando de un árbol a otro. Cuando llegó, Nat estaba apoyada en un tronco con los brazos cruzados; sonriente y empapada. Volvieron junto a nosotros al rato.

-Michelle, ¿podrías…? -empezó a preguntar Nat con los brazos extendidos. Ella levantó la mano, cortando su frase. De nuevo, una ráfaga de viento volvió al campo. La secó por completo- Sí, eso, gracias.

-Vale, queda demostrado que tu don funciona bastante bien. -dijo Monique, riéndose- Simplemente practica haciendo carreras y esas cosas. -asintió, sonriente- Humm… mañana podemos hacer una… búsqueda o algo por el estilo para ver si detectamos tu olor.

-¿Puedo ir yo ahora? -preguntó Ian, adelantándose y poniéndose al lado de Monique-.

-Nunca te he visto usar tu don. -dijo Eric, extrañado- ¿Era…?

-Persuadir, sí. -contestó por él- No lo suelo usar mucho porque… es contra la voluntad de la gente; y no me parece demasiado bien.

-Si en el fondo es un trozo de pan… -dijo Michelle sonriente mientras los demás poníamos los ojos en blanco para acabar riéndonos-.

-Vale, ¿voluntario para dejarse “persuadir”? -preguntó Ian, cruzándose de brazos y levantando las cejas-.

-Humm… -empezó a decir Michelle, indecisa- Yo lo haría, pero a saber que me obligas a hacer… -se rió, acercándose a ellos dos- En fin…

-Vale. –contestó Monique mirando hacia nosotros, en medio de Ian y Michelle. Miró hacia él- ¿Sabes hacerlo sin tener que pensarlo?

-Me costará, pero lo puedo intentar… -dijo él, empezando a concentrarse-.

-Haz que diga algo que Michelle nunca diría… así queda constancia de que funciona. –Maia se rió por su propio chiste antes de volver a cruzarse de brazos-.

Ian se alejó un paso de Michelle y ella seguía mirándolo, expectante.

-Mirad. –dijo Monique rápidamente en un susurro mientras señalaba a los ojos de Ian-.

Nos giramos ligeramente para fijarnos mejor. Tenía los brazos cruzados y una ceja ligeramente levantada. Miré detenidamente a sus ojos de color rojo sangre brillante, recién alimentados. Sus pupilas comenzaron a contraerse, para sorpresa de casi todos los presentes. Llegaron a ser un punto casi minúsculo; cuando parpadeó y volvieron a la normalidad.

-Mola. –respondió Eric mientras nos reíamos durante un par de segundos-.

-¡Chist, esperad! –gritó Monique, sin parar de mirarlos-.

Ian se apartó ligeramente y nos fijamos en que Michelle no parpadeaba y miraba a la nada.

-¿Qué narices…? –dijo Nat mientras pasaba la mano delante de su cara, sin respuesta alguna-.

-Ahora mismo es como… una marioneta. –empezó a decir Monique- El único defecto es que si la otra persona no quiere, no funciona. Tiene que practicar más, eso es todo.

Ian se acercó a Michelle y le susurró algo al oído que no pudimos percibir. Al segundo, la expresión de su cara cambió y en su rostro comenzó a reflejarse otro sentimiento. Odio.

-¡Ian, eres idiota! –empezó a gritar, intentando pegarle- ¡No quiero volver a verte en toda mi vida! –nos quedamos con la boca abierta. Ninguno esperábamos aquella repentina reacción-.

Chasqueó los dedos y Michelle volvió a la normalidad en unas milésimas. Levantó la ceja.

-Vale, ¿alguien puede decirme que clase de ridículo he hecho? –preguntó justo antes de que Ian se empezase a reír-.

-Insultarme, básicamente. –contestó mientras sonreía levemente-.

-¡¿Qué?! –gritó repentinamente- ¡¿Pero por qué me haces decir esas cosas?!

-Para comprobar que era verdad, nada más. –respondió él colocándole el pelo detrás de la oreja- No te lo tomes a mal, ¿vale?

-Buenooo… ya vale. –dijo Monique poniéndose en medio- ¿Algún don más que sirva para la pelea?

-El mío no creo. –contesté, torciendo la boca- Maia, tampoco, salvo para saber cual es el don de aquel vampiro que no conocéis; Eric…, tampoco; y… ¿Monique? –me giré hacia ella-.

-Sí, ya sé que valdrá de bastante pero también sé como mejorarlo. Estoy en ello, no os preocupéis. –asentimos-.

Nos fijamos en el cielo. El sol comenzaba a salir por el Este, silenciando toda conversación anterior.

-Hora de irse. –dijo Nat haciendo amago de caminar hacia nuestra casa. Asentimos y al poco llegamos al árbol-.

[...]