viernes, 16 de julio de 2010

Helado Corazón XXVI

Me voy de campamento 11 días!! xddd Y... por eso actualizo hoy, para dejar en "incógnita" los demás capítulos... Así que.. lo de siempre: Muchas gracias por leer y comentar, darme ánimos para continuar (y lo que no son ánimos, sino más bien amenazas ¬¬ xdd) y... FELIZ VERANO !

Besos//*

XXVI

“Me debes solo una sonrisa,

si crees que te he ayudado.

Me debes una sonrisa

por estar siempre a tu lado…”

Domingo, 19 de Septiembre de 2010 – 3:27 A.M.

“Al final, el cumpleaños de Nat fue todo un éxito: le encantaron todos los regalos, lo pasamos genial (ya, para redondear, la fiesta duró dos días) y sobre todo… ¡Eric! Lo que más gracia me hace es que cada vez que estamos las chicas solas (no muchas veces, la verdad) y hablamos de Eric, Nat se pone a dar saltitos y le sale la voz aguda, lo que provoca que estemos todo el rato riéndonos. Además, cuando vuelven los chicos, siempre se preguntan por qué nos estábamos riendo, lo que provoca que nos riamos más todavía.

Ahora nos hemos ido al claro (donde Michelle descubrió su don) y nos llevamos la radio de Eric/Nat, que resultó que iba a pilas. Es genial volver a oír música… porque la verdad es que hacía muchísimo que Nat y yo no la escuchábamos… y supongo que los demás menos todavía.”

[Banda sonora: Undisclosed Desires – Muse]

Guardé el cuadernillo en el bolsillo trasero de mi pantalón y me tumbé en la hierba, al igual que los demás. Estábamos… más o menos igual que cuando nos sentamos en los sofás de casa. Eric y Nat y Michelle e Ian, por parejitas; y Monique, Maia y yo, en el medio.

-Oid… -empecé a decir, rompiendo el silencio sólo interrumpido por la música de fondo- ¿Qué versión es cierta?

-¿Eh? –preguntó la mayoría de “mi familia”-.

-Es decir… ¿Qué pasa si nos ponemos a la luz del sol?

-¿No lo has comprobado aún? –dijo Michelle riéndose-.

-Pues… más o menos. He estado expuesta a la luz del sol pero… no ha pasado nada.

-Pero… ¿cuánto tiempo has estado? –preguntó Maia. Luego miró hacia Nat- O… ¿habéis estado?

-No mucho. –respondimos ella y yo a la vez. Seguidamente, hablé yo- La verdad es que yo no me atrevía a estar más tiempo por si… pasaba algo. Por eso pusimos cortinas en casa…

-Habéis hecho bien. –dijo Monique, asintiendo con la cabeza- El tópico de quemarse al tocar el sol solamente dos segundos es mentira, al igual que la gran mayoría de ellos.

-Sí. –continuó Ian- En realidad, es al estar expuesto más de dos horas seguidas al sol cuando hay más de 30º y estás poco tapado. Y no es… quemarse de verdad. Es decir, cuando estás más de dos horas, empieza a quemarte un poco la piel, que sería algo así como un aviso. A la tercera es cuando te quemas de verdad. Pero no os preocupéis tanto, es casi imposible que todo aquello pase a la vez.

-Humm… -dijimos Eric, Nat y yo a la vez. Nos reímos todos al unísono. Luego siguió hablando Eric- Es bueno saberlo.

Era una noche muy bonita. Había muchísimas estrellas y la luna estaba completamente llena… y enorme. Podría acostumbrarme a esto. La canción que estaban poniendo en ese momento se acabó y decidimos cambiar la emisora. Estaban poniendo las noticias.

-Noticias… ¡Bah! –dijo Ian mientras intentaba alcanzar la radio para cambiar la emisora-.

-¡Espera! –gritó Eric. Todos lo miramos extrañados-.

En la oscura noche, se oyó al locutor de radio diciendo las noticias del día en, claramente, una repetición del programa:

-“Bien. En otro orden de cosas, la policía sigue buscando al recluso que desapareció hace 42 días. Les recordamos la sucesión de los hechos: En la cárcel “Etna prison Creek”, a las 5 y media de la madrugada, uno de los vigilantes nocturnos oyó ruidos desde la celda número 325, la que ocupaba el preso Eric Thompson, por el asesinato de sus padres y de su hermano.”

Nat y Eric se incorporaron a la vez, al igual que los demás. Nos quedamos boquiabiertos. Algunos hicieron amago de empezar a hablar, pero todos los demás dijimos a la vez: “¡Chist, que siguen hablando!” El locutor continuó:

-“Tras haber escuchado aquel ruido, el vigilante pulsó la sirena de alarma antes de ir a ver qué ocurría. Descubrieron la celda en este estado: Los barrotes totalmente doblados y destruidos; y el techo agujereado, por donde creen que se fugó. Ya han registrado toda la zona Norte y están barajando la idea de continuar la búsqueda por los bosques de los alrededores…”

Todos nos quedamos mirando hacia Eric, sin saber qué decir. Él parecía no creérselo.

-Vale. –dijo Monique dando una palmada y poniéndose de pie- Hay que hacer algo ya.

-¿Cómo que? –preguntó Nat, nerviosa y asustada-.

-Ey, yo creo que no hay problema. –respondió Ian tranquilamente- Si se acercan a la casa, podemos cargárnoslos.

-¿Y no crees que sospecharían más si encontrasen a unos guardias desangrados en el bosque? –preguntó Nat. Se giró hacia Eric y le abrazó mientras se apoyaba en él- Incluso podrían creer que lo hizo Eric, al igual que con lo de sus padres.

-No si no los encuentran. –dijo Ian mientras volvía a tumbarse rápidamente con los brazos detrás de la cabeza y con los ojos cerrados. Todos lo mirábamos desconcertados. Abrió uno de los ojos y suspiró resignado- Me explico: Podemos acabar con ellos y no dejar resto ninguno, ¿no?

-Ya estamos con lo mismo, Ian. –contestó Monique poniendo los ojos en blanco mientras se cruzaba de brazos- De verdad, parece mentira…

-¿A qué te refieres, Monique? –preguntó Maia con expresión sorprendida-.

-Veréis… vosotros no conocíais al Ian humano. Yo soy la única que le conoce desde que nació y… la verdad es que es muy distinto al de ahora. –empezó a explicar mientras todos la mirábamos atentos- En Chartres, un pueblecito de Francia, sobre el año… 1683, que recuerde, éramos mejores amigos aparte de hermanos. Nunca tuvimos una pelea… salvo las típicas riñas tontas. Y era totalmente distinto a como es ahora. Es decir: Amable, amistoso… y, sobre todo… con respeto a la vida humana y nada sádico.

>> Ya hacia el 86, cuando teníamos unos… 17 años, creo, nos transformaron. ¿No os habíamos contado cómo fue, no? Pues… simplemente llegó a nuestro pueblo “un monstruo”, según relataba la gente y… mató a nuestros padres para llegar a nosotros y convertirnos en vampiros. Todavía no sabemos por qué nos quería. –Monique paró de hablar mientras miraba hacia el suelo. Luego recordó por qué había empezado a decir aquello- La cuestión es que… deberías volver a ser el Ian de siempre.

-Bah. –dijo simplemente. Se incorporó apoyándose en los codos, aunque aún seguía tumbado- Monique, sabes que eso era otra época... y sobre todo, otra forma de vida. Además, yo no recuerdo que fuésemos… mejores amigos. En todo caso lo seríamos para ti.

-Ah… ¿ahora resulta que las cosas las veo a mi manera? –preguntó Monique tranquilamente, pero a la vez reflejando la incredulidad y la ira. Se levantó y se quitó el poco polvo que tenía en las piernas de haber estado sentada tanto rato- Muy bien.

Sonrió débilmente y caminó despacio hacia una esquina del descampado mientras todos nos incorporábamos.

-Monique, ¿qué haces? –dijo Maia mientras se levantaba y andaba unos pasos hacia ella-.

-Nada. –contestó con voz muy débil y con la misma sonrisa de antes. Miró hacia Ian, que no se daba por aludido- Sólo dejar de molestar al “señorito”.

Giró levemente la cabeza hacia la derecha, para poder mirar directamente a Ian, que seguía tumbado con los ojos cerrados. Sonrió de nuevo, esta vez ensanchando más la boca. En un segundo, toda una fila de árboles cercana se abrió un poco para dejar pasar a una vampiresa que corría con todas sus fuerzas, alejándose de sus compañeros…

[...]

2 comentarios:

  1. jajjaja, sabees k me encantaaaaa
    ESTTOOOY ENGANCHADISIIMAAA!!
    esooo sii, sigueee publicandoo feeeeA!!
    =P

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  2. Ya me he puesto al día,pero ahora sigue escribiendoooo!!lo dejas con mucha intriga!!!¬¬
    :P

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